A
diferencia del aparato
circulatorio en el que el movimiento del fluido se realizaba mediante
la acción de una bomba situada en serie con el circuito, en el sistema
respiratorio la entrada y salida de aire se produce por la acción de una bomba
situada en el exterior del sistema. El aire se mueve por gradiente de presión.
Si la presión externa es superior a la interna o pulmonar, se produce la
entrada de aire; si la presión externa es inferior a la interna se produce la
salida de aire. En condiciones normales la presión externa o medioambiental se
mantiene constante alrededor de 760 mm Hg que se considera el nivel de
referencia o presión 0.
Este
hecho significa que, para llevar a cabo los flujos, la presión que debe
modificarse es la presión interna, que ha de disminuir o aumentar para lograr
el flujo aéreo en un sentido y otro. Si se considera el nivel de referencia 0,
la creación de una presión negativa dará lugar a la aspiración o entrada de
aire como un mecanismo de succión. La creación de una presión positiva
producirá el empuje hacia fuera del aire o espiración.
Hay
cuatro presiones en el aparato respiratorio que han de ser consideradas a la
hora de analizar los movimientos respiratorios:
- Presión bucal o
atmosférica. Corresponde a la del aire en
la atmósfera.
- Presión alveolar o
intrapulmonar. Es la presión del aire contenido en
los alvéolos.
- Presión pleural o intrapleural. Es la presión que se mide entre las dos hojas de la pleura. Debido
a las propiedades elásticas de pulmón y tórax que traccionan en sentidos
opuestos, el pulmón hacia adentro y el tórax hacia fuera, se genera una presión
intrapleural negativa.
- Presión transpulmonar. Es una de las presiones transmurales que puede medirse en el aparato respiratorio. Corresponde a la diferencia entre la presión alveolar menos la presión pleural.
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