Para entender cómo funciona el latido
del corazón es importante conocer primero la anatomía del corazón. Este maravilloso órgano, en forma de cono,
tiene cuatro cavidades: las aurículas en la parte superior y los ventrículos.
Cada aurícula se comunica solo con su ventrículo y la sangre circula siempre en la misma dirección.Para evitar que haya
retroceso, cada lado tiene una válvula cardíaca; la tricúspide, entre aurícula y ventrículo derecho; y la mitral, entre
aurícula y ventrículo izquierdo. Se llaman auriculoventriculares por su
posición anatómica.
Las sucesivas y alternadas contracciones y
relajaciones permiten que el corazón funcione como una bomba, impulsando la
sangre desde las venas hacia las arterias. Este patrón mecánico se denomina
ciclo cardíaco, y consta de dos fases principales: la diástole o fase de
relajación; y la sístole o fase de contracción. Para que las fibras cardíacas
inicien el proceso mecánico de la contracción es necesario que la información
eléctrica localizada a nivel de la membrana se introduzca al citoplasma
celular, que es el lugar donde se encuentra la maquinaria contráctil; por ello,
el primer fenómeno que ha de estudiarse es el tránsito de esta información,
denominado acoplamiento excitación-contracción.
El acoplamiento, al igual que en el músculo
esquelético, es un mecanismo dependiente íntegramente del Ca++presente
en el sarcoplasma. La despolarización sostenida durante la fase de meseta en el
potencial de acción cardíaco garantiza la entrada de Ca++ necesario
para la liberación del almacenado en el retículo. La prolongada duración del
potencial de acción tiene como consecuencia que la fase contráctil coincida
temporalmente con la membrana en situación de despolarización. El pico de
tensión se alcanza antes de la terminación del periodo refractario absoluto, y
cuando acaba el periodo refractario relativo, el músculo se encuentra en la
mitad de su relajación. Puede observarse, por lo tanto, que hay un estrecho
solapamiento entre los dos fenómenos.
Debido a esta característica no se puede generar un
segundo potencial de acción hasta que el primero no se haya acabado; y cuando
esto sucede, también ha finalizado prácticamente la actividad contráctil.
En la actividad normal del corazón, la distensión
que presentan las fibras musculares viene dada por el grado de llenado que
tienen las cavidades cardíacas, es decir por la cantidad de sangre que entra en
el corazón procedente de las venas (retorno venoso). A medida que se va cargando
el corazón con volúmenes mayores de sangre, las fibras presentarán un grado de
distensión mayor y responderán con una fuerza contráctil más alta, lo cual
permitirá realizar el bombeo de mayores volúmenes con mayor eficacia. Esta
propiedad garantiza que el corazón, en condiciones normales, bombea toda la
sangre que recibe.
Las células cardíacas tienen un metabolismo
fuertemente aerobio, que les garantiza un adecuado soporte de ATP. Para ello
contienen muchas mitocondrias y mioglobina, la cual les proporciona el color
rojo. Si se compromete por cualquier alteración el suministro de sangre u
oxígeno a las fibras, su capacidad de supervivencia es muy reducida y mueren. (https://ocw.unican.es/mod/page/view.php?id=535,
s.f.)
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