El latido del corazón se
produce en dos fases (sístole y diástole). Es lo que se conoce como ciclo
cardíaco. Son unos cambios de volumen y de presión sanguíneos que se producen
en solo un segundo (60-70 cc o ciclos por segundo). En ese corto y fugaz
periodo de tiempo, el corazón es capaz de bombear la sangre que a través del
complejo sistema circulatorio, que seguirá dando vida a todas las células del
organismo. El corazón late en dos tiempos o fases:
Sístole (contracción) o fase sistólica:
- La aurícula izquierda se contrae para empujar la sangre rica en oxígeno, procedente de los pulmones, hacia la parte inferior del corazón donde se encuentra el ventrículo izquierdo, atravesando la válvula mitral.
- La aurícula derecha que ha recogido la sangre venosa procedente de los órganos del cuerpo a través de las venas cavas, la empuja al ventrículo derecho, a través de la válvula tricúspide.
- Las dos aurículas se contraen a la vez siguiendo el marcapasos natural del
corazón (el nódulo SA) que envía un estímulo eléctrico. Entonces el aumento de
presión hace que se abran las válvulas y que se cierren cuando ha pasado
prácticamente toda la sangre al ventrículo. De esta manera, ya pueden volverse
a llenar de sangre.
Diástole (relajación) o fase diastólica:
- Los ventrículos llenos de sangre están en fase de diástole, preparados para recibir la orden de contraerse.
- Cuando llega la contracción, la presión en los ventrículos empuja la sangre hacia adelante, siempre en una única dirección, para ello se abre en el ventrículo derecho, la válvula pulmonar y en el izquierdo, la válvula aórtica. Una vez vacío el ventrículo, se acaba la fase sístole.
- Se cierran las válvulas pulmonares y
aorta y ya están listos para recibir sangre otra vez, mediante la apertura de
tricúspide y mitral.
De esta manera, cuando las aurículas están en sístole, los ventrículos
están en diástole y esta sincronización permite la eficacia del corazón como
órgano de bombeo. Pero cuando se produce una desincronización de estas fases,
como ocurre en ciertas arritmias como
la fibrilación auricular,
pierde la eficacia del latido cardíaco. (https://www.aboutespanol.com/los-movimientos-del-corazon-sistole-y-diastole-1184993,
s.f.)
En un adulto normal la frecuencia cardíaca es de 70
ciclos/minuto, lo que supone menos de 1 segundo por ciclo. La duración media es
de 0,8 segundos, los cuales no se distribuyen equitativamente entre sístole y diástole,
ya que la diástole dura unos 0,5 segundos y la sístole 0,3 segundos. En la
gráfica de la figura pueden observarse las modificaciones de presión y volumen
que tienen lugar en el corazón izquierdo, aurícula y ventrículo izquierdo y
aorta, además del ECG y los ruidos cardíacos.
El sistema circulatorio pulmonar es la
parte del sistema cardiovascular en el que la sangre pobre en oxígeno se bombea
desde el corazón, a través de la arteria pulmonar, a los pulmones y
vuelve, oxigenada, al corazón a través de la vena pulmonar. La sangre privada
de oxígeno procedente de la vena cava superior e inferior, entra en
la aurícula derecha del corazón y fluye a través de la válvula tricúspide
(válvula atrio ventricular derecha) y entra en el ventrículo derecho, desde el
cual se bombea a través de la válvula semilunar pulmonar en la arteria pulmonar
hacia los pulmones. El intercambio de gases se produce en los pulmones,
mediante el cual se libera CO2 de la sangre, y se absorbe el oxígeno.
La vena pulmonar devuelve la sangre ya oxigenada a la aurícula izquierda.
La circulación
sistémica es la circulación de la sangre a todas las partes del cuerpo, excepto
los pulmones. Es la parte del sistema cardiovascular que transporta la sangre
oxigenada desde el corazón a través de la aorta desde el ventrículo
izquierdo donde la sangre se ha depositado previamente a partir de la
circulación pulmonar, al resto del cuerpo, y devuelve la sangre pobre en
oxígeno al corazón. La circulación sistémica es, en términos de distancia,
mucho más larga que la circulación pulmonar, ya que recorre cada parte del
cuerpo.
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