Podemos
clasificar y ordenar las ondas electromagnéticas de acuerdo a sus diferentes
longitudes de onda y frecuencias; llamamos a esta clasificación "el
espectro electromagnético". La tabla siguiente muestra este espectro, que
consiste de todos las clases de radiación electromagnética que existen en
nuestro universo.
Como
podemos ver, el espectro visible —es decir, la luz que podemos ver con nuestros
ojos— es tan solo una pequeña fracción de las diferentes clases de radiación
que existen. A la derecha del espectro visible, encontramos las clases de
energía que son menores en frecuencia (y por lo tanto mayores en longitud de onda)
que la luz visible. Estas clases de energía incluyen los rayos infrarrojos (IR)
(ondas de calor emitidas por los cuerpos térmicos), las microondas y las ondas
de radio. Estos tipos de radiación nos rodean constantemente; no son dañinos,
pues sus frecuencias son muy bajas. Como veremos en la sección siguiente,
"El fotón", las ondas de baja frecuencia tienen poca energía, y por
lo tanto no son peligrosas para nuestra salud.
A
la izquierda de espectro visible, encontramos los rayos ultravioleta (UV), los
rayos X y los rayos gamma. Estas clases de radiación son dañinas para los
organismos vivos, pues tienen frecuencias extremadamente altas (y por lo tanto,
mucha energía).
Es por esta razón que usamos loción bloqueadora en la playa
(para bloquear los rayos UV provenientes del sol) y que, para prevenir que los
rayos X penetren otras áreas del cuerpo distintas de la que requiere
visualizarse, un técnico de rayos X coloca una placa de plomo sobre nosotros.
Los rayos gamma son los más dañinos, pues son los más altos en frecuencia y en
energía. Afortunadamente, nuestra atmósfera absorbe los rayos gamma que
provienen del espacio, y así nos protege del daño.
Generalmente,
la radiación electromagnética se clasifica por la longitud de onda: ondas de
radio, microondas, infrarroja y región visible, que percibimos como luz, rayos
ultravioleta, rayos X y rayos gamma.
El
comportamiento de la radiación electromagnética depende de su longitud de onda.
Las frecuencias más altas tienen longitudes de onda más cortas, y las
frecuencias inferiores tienen longitudes de onda más largas. Cuando la
radiación electromagnética interacciona con átomos y moléculas, su
comportamiento también depende de la cantidad de energía por cuanto que
transporta. La radiación electromagnética puede dividirse en octavas (como las
ondas sonoras).
La espectroscopia puede descubrir una región mucho más amplia
del espectro que el rango visible de 400 nm a 700 nm. Un espectroscopio de
laboratorio común puede descubrir longitudes de onda desde 2 nm a 2500 nm. Con
este tipo de aparatos puede obtenerse información detallada sobre las
propiedades físicas de objetos, gases o incluso estrellas. La espectrometría se
usa sobre todo en astrofísica. Por ejemplo, muchos átomos de hidrógeno emiten
ondas de radio que tienen una longitud de onda de 21.12 cm.
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